sábado, 28 de mayo de 2011

ACTITUD DEL PSICOMOTRICISTA


Actitudes del psicomotricista

La persona que se encarga de llevar a cabo las sesiones de Psicomotricidad, es interesante que sea un / a psicomotricista o, al menos, tenga nociones referentes a la Práctica Psicomotriz propuesta.

Además, el papel del tutor / a del grupo de niño juega un rol muy importante. El hecho de estar presente durante la sesión le ayuda a observar comportamientos, actitudes y maneras de relacionarse y jugar los alumnos. Es importante, además, que en el transcurso de las sesiones de Psicomotricidad haya dos personas adultas para atender mejor las necesidades y los movimientos de los niños.

La actitud del / de la psicomotricista debe asegurar la seguridad afectiva del niño desde dos puntos de vista:

    * El niño debe vivir respetado para que pueda descubrir y conocer su entorno. El respeto favorece la relación niño - adulto y, por tanto, este último infundirá seguridad al niño / a.

    * Debe haber una permanencia del marco que ofrecemos a los niños. Para que puedan acceder a la función simbólica deben tener claros los límites del propio cuerpo y del lenguaje. El juego, por tanto, debe tener un contexto que permita el acceso a la vida cognitiva.

El / la psicomotricista debe ser sensible a las emociones de los niños / as, ya que estas emociones son una forma de solicitar adulto y de llamar su atención para llegar a la comunicación con él / a.

Además, el / la psicomotricista debe vivir con placer el momento de estar con los niños en la sala y, siempre desde su papel de adulto, participar en los juegos que se desarrollan.

Mirado desde este aspecto, los objetivos primordiales que deben tener en cuenta los / las psicomotricistas hora de realizar una sesión de Psicomotricidad son los siguientes:

    * Acompañar el camino de comunicación y expresión.

    * Facilitar la salida del pensamiento mágico para evolucionar hacia un pensamiento más significativo y más operativo.

    * Dar sentido a las acciones de los niños como resultado de las emociones, conflictos, deseos y necesidades.

    * Hacer que el niño pueda vivenciar los contenidos del área de conocimiento de uno mismo y de los demás, y de comunicación y lenguaje, para poder interiorizarlos y favorecer su aprendizaje significativo.

    * Facilitar la coherencia pedagógica de tal manera que las actividades a las sesiones de psicomotricidad preparen, completen y consoliden los aprendizajes que el niño debe alcanzar a lo largo de la etapa.

    * Potenciar los aspectos sociales de la relación a un ambiente de actividad lúdico

BASES PSICOPEDAGÓGICAS II

 A. Lapierre y B. Aucouturier         
Parten del supuesto de que la educación psicomotora
es el fundamento de toda educación y definen la psicomotricidad
como un proceso basado en la actividad motriz,
en el que la acción corporal, espontáneamente vivenciada,
se dirige al descubrimiento de las nociones fundamentales
y conduce a la organización y estructuración del  yo y el mundo.

Bernard Aucouturier nació en 1934 en un pueblo cerca de Tours (Francia).
  Sus padres eran educadores y practicaban la pedagogía Freinet.
 Después de su bachillerato en Tours, Aucouturier estudió para ser profesor de educación física.
Un profesor lo marcará, el Dr.. Le Boulch.
Aucouturier interesó muy pronto por los trabajos del análisis del movimiento y de la psicomotricidad.
Descubrió, entonces, a Freud, Dolto, Ajurriaguera y grandes pedagogos como Montessori, Dewey, Decroly, Freinet, Makarenko y Neill.

Bernard Aucouturier comenzó a trabajar en Lyon
como profesor de educación física, pero comprobó rápidamente que no le interesa esta profesión,
demasiado orientada hacia el deporte. Llamado a Tours por un equipo que reeducar niños sordos,
decidió orientarse hacia los niños y niñas con dificultades.
Aucouturier trabajó e investigar durante 35 años en Tours,
donde creó la práctica psicomotriz a partir de la observación de los niños y niñas.
Su investigación fue constante y colaboró ​​con colegas neuropsiquiatras, psicoanalistas y psicólogos
que le aporta sus visones particulars.El su trabajo se orientó,
entonces hacia la terapia con niños y niñas que presentan graves trastornos de la personalidad.

En 1967, creó, con Lapierre la «Sociedad francesa de Educación y de Reeducación Psicomotriz».
Paralelamente, coescribió obras con él y con Darrault, Empinet y Mendel.

Su práctica interesó a numerosos países extranjeros. En 1976, Italia abrió una escuela de formación,
a la que se añadieron España, Portugal, Bélgica y Alemania.
En América del Sur, psicomotricistas de Argentina, de México y de Brasil,
lo llamaron a escuelas de formación donde se difundió su práctica.

En 1987 creó la Asociación Europea de Escuelas de Formación en Práctica Psicomotriz, es el presidente fundador.

Actualmente, Bernard Aucouturier continúa sus actividades de formación
en el seno de las escuelas del Asefop. Su última obra,
donde encontramos los fundamentos teóricos de su práctica,
es «Los fantasmas de acción y la práctica psicomotriz», de la Editorial Graó (2004).


La Práctica Psicomotriz Aucouturier tiene como objetivo el desarrollo psíquico de los niños
a través del cuerpo. Se refiere a una concepción unitaria de la persona,
la psique es inseparable de sus raíces corporales.

En esta práctica, se trabaja la unidad del placer sensoriomotor
como un factor que favorece el cuerpo, el proceso de simbolización y el acceso a la representación.

La práctica tiene como objetivo promover la expresión de todas las posibilidades motrices,
emocionales, cognitivas y relacionales del niño.

La expresividad motriz de Bernard Aucouturier, es la forma original
en que el niño manifiesta sus contenidos de manera interna e inconsciente,
desde las primeras interacciones con el mundo circundante.

Al observar al niño en acción, el / la psicomotricista descubre y comprende el significado de su motivación expresiva,
su deseo de concentrarse, de separar, de ser uno mismo.
El psicomotricista está dispuesto a cumplir, aceptar, apoyar,
comprender el motivo expresivo para proporcionar al niño las respuestas adecuadas a sus necesidades, sus peticiones,
los deseos más o menos consciente.